Unidades policiales que realizaban registros de control en la terminal aérea de la capital del Valle del Cauca, dejaron en evidencia el verdadero contenido de tres tarros de leche condensada que portaba un joven viajero próximo a abordar un avión con destino a Madrid, España.
Según el informe entregado por las autoridades, esta persona, jefe de mantenimiento de una empresa local, se tornó algo nervioso al ser solicitado por las unidades policiales que realizaban el registro de su equipaje.
Lo que llamó la atención fue el peso diferente que contenían los tres tarros de leche condensada, sobre lo cual respondió el joven que los había comprado muy cerca al aeropuerto en un almacén de cadena.
La sorpresa se la llevaron las unidades al momento que fue vaciado el contenido espeso en una vasija e inmediatamente se evidencio el olor a clorhidrato de cocaína.
Fueron 1.300 gramos del alcaloide que terminaron siendo hallados al interior de los recipientes, pues las pruebas de narcotex fueron suficientes para determinar la condensación del componente.
Al ver que había sido descubierto, el joven no habría tenido más salida que aceptar su responsabilidad.
La jalea lechosa con sabor a cocaína, además del pasajero, fueron dejados a disposición de las autoridades judiciales.
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