En este mes de Enero, se cumplen 6 años del cierre definitivo para el antiguo cementerio municipal debido a inconvenientes surgidos por falta de logística, espacio adecuado y contaminación; según se conoció para aquella época en 2013 se completaba un ciclo de investigaciones en las cuales se concluía que el servicio en el campo santo ubicado en el barrio San Antonio, ya terminaba.
Desde esa fecha; los ciudadanos laboyanos cumplen sus ritos funerarios en la vereda El Topacio, hacia la salida a Neiva para dar sepultura a sus seres queridos en el cementerio denominado El Campanario; cuyo propietario es privado.
Sin embargo; se han presentado dificultades para familias de baos recursos que se ven obligadas a sepultar a sus fallecidos en otros lugares. Aunque se han presentado peticiones a la Parroquia de San Antonio para la reapertura de este lugar de reposo eterno, no hubo respuesta efectiva pues se ha recordado que una instancia judicial proferida desde Neiva, mas la expedición de un documento administrativo desde la alcaldía laboyana lo impiden. Sumado a esto; el terreno ya no tiene cabida para más cuerpos.
Ahora, se busca que la actual administración municipal respalde una iniciativa ciudadana para otro campo santo, con más opciones económicas para los más necesitados; ubicado en la vereda Llano Grande; también se necesita el apoyo de la Curia, esta vez desde la parroquia del Espíritu Santo para realizar modificaciones de índole administrativo y razón social.
Entretanto; el antiguo cementerio presenta una alta degradación y nivel de inseguridad para muchos sectores circunvecinos, sin que se encuentre una solución respecto a la realización de acciones que impidan la vulneración del lote, por parte de consumidores de alucinógenos.
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