De acuerdo con la denuncia instaurada por el Icbf, los hechos ocurrieron en el año 2013, cuando la Policía de Infancia y Adolescencia rescató a un menor de edad, luego de haber sido agredido de manera violenta por parte de su padrastro, con el supuesto consentimiento de su propia madre.
El menor de edad víctima indicó que los castigos eran realizados con cables de electrodomésticos y correas de cuero; incluso aseguró haber sido víctima de ahogamiento al ser ingresado en una alberca (tanque del lavadero) como castigo.
Cabe resaltar que el niño quedó con severas secuelas que le impiden una plena movilidad por los golpes que recibió en las piernas.
La mujer no aceptó los cargos y deberá seguir compareciendo al proceso.
La Fiscalía hace pública esta información por razones de interés general.
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