Un aberrante caso de intolerancia tiene consternados a los familiares de un patrullero de la Policía, luego de que con un machete le amputaron una mano, justo al momento en que intentaba controlar una riña entre dos familias en el sur de Bogotá.
Según se conoció, los hechos se presentaron en el barrio
Aguas Claras de la localidad de San Cristóbal, donde varias personas se
enfrentaban con piedras, palos y machetes, en lo que era una verdadera batalla
campal al sur de la capital colombiana.
“Él acudió a un llamado del 123, llegan a una riña, dos
familias están en una discusión, mi hermano y sus compañeros intentan mediar,
las personas los atacaron con piedras y machetes, (…) Mi hermano alcanza a
agarrar a uno de ellos y este le manda un machetazo para acabar con su vida,
para no dejarse él interpone su mano”, relató la hermana del uniformado herido,
Raquel Yazo.
En el lugar de los hechos se logró la captura de los
involucrados en la riña, quien entre ellos estaba el agresor del uniformado,
pero increíblemente fueron dejados en libertad, ya que, “por transparencia, el
caso fue atendido por el CTI, sin embargo, por tecnicismos y situaciones
jurídicas, el agresor fue dejado en libertad”, explicó la coronel Angélica
Díaz, jefe de talento humano de la Policía.
Lo más lamentable del caso, es que, según la familia del
patrullero, él está afectado psicológicamente y siente que no ha recibido el
suficiente respaldo por parte de la institución y del gobierno. Este caso se
presenta horas después de que un policía muriera, en medio de un tiroteo en el
norte de Bogotá.
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