
Relata Jaramillo que todo empezó desde el jueves 13 de mayo
en el puesto de salud del corregimiento Celián, donde a su esposa le informan
que la bebé, a la que iban a llamar Emily Samara, le detectaron un problema
cardíaco
Posteriormente la trasladaron a dos centros asistenciales en
el centro del Valle del Cauca.
“Cuando nos acercamos al hospital, nos llevan a la parte de
ginecología en la cual vuelven y le hacen el procedimiento de monitoreo del
bebé. Infortunamente, el médico que le hizo la valoración me dijo que no tenía
frecuencia cardíaca ni latidos en el corazón, por lo cual la dejaron
hospitalizada en la noche. A las 6 p. m. le dieron una pasta para madurar el
útero. A las 10 le dieron otra para acelerar más el procedimiento de que saliera
el bebé”, cuenta Jaramillo.
El joven padre recuerda que el sábado su esposa dio a luz y
según le contó ella, solo le alcanzó a ver medio cuerpo, pero debido al
procedimiento se acuesta. “Cuando vuelve y se levanta, ya se habían llevado a
la bebé a la nevera de la morgue.
“El domingo vengo a retirar el cuerpo, para lo cual vengo
con un funcionario de la funeraria para expedir el certificado de defunción y
el boleto de salida. Cuando empecé a hacer el papeleo en la funeraria para
darle cristiana sepultura, veo el ataúd y un cofre al lado. Con el de la
funeraria procedimos a abrirlo y nos encontramos con una rata bastante grande,
del tamaño de una zarigüeya y unos guantes de látex”.
A través de un comunicado, el hospital informó que se
lamentaba este hecho y que empezarán las investigaciones.
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