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Mercado sexual explotaba niñas indígenas en Putumayo


Un lamentable hecho de mercado sexual donde se comercializaban con menores indígenas se ha dado a conocer.

Según se ha indicado en varios municipios de Putumayo, a finales del año 2017 empezaron a llegar a las estaciones de Policía y comisarías de familia denuncias de desapariciones de menores de edad entre los 12 y 17 años. Nadie tenía conocimiento de su paradero, pero luego de tres días volvían, lo cual alertó a las autoridades de que estarían frente a una posible red de prostitución.

“La posible existencia de una red criminal que se estaría dedicando a la explotación sexual comercial, teniendo como finalidad ofrecimiento de las menores de edad a los turistas y extranjeros que vienen a visitar este departamento”, fue la primera hipótesis que manejó el investigador del caso, un uniformado de la Dirección de Protección y Servicios Especiales de la Policía Nacional.

Efectivamente, en una investigación que realizaron durante más de un año, lograron identificar que las menores víctimas de explotación sexual eran indígenas de más 20 comunidades que hay en el territorio. Muchas de ellas no habían tenido experiencia sexual, lo cual mejoraba la tarifa para sus proxenetas.

500 mil pesos por 4 horas, era el precio de una niña de 13 años que entregaría “su virginidad”, como ellos manifestaban. “Usted sabe que una niña que sea virgen, obviamente no va a tener el cuerpazo. Ella es normalita, normalita. No más va a cumplir 14 años. Yo la conozco, ya hablé con ella personalmente y es bonita”, se escucha en una de las llamadas interceptadas por las autoridades.

La mayor preocupación entre el cliente y el jefe de la organización no va más allá de que la menor pueda quedar embarazada: “Como vos sabrás, es una niña virgen, pues no planifica, nada de cuidados, ni nada. De pronto usted le diga ‘hágamelo así no más‘. Qué tal la niña acepte y, usted sabe, uno de hombre de la emoción llega y ¡pum! se le echa adentro, y ¡qué tal se embarace!”.

Según los investigadores, si la menor se embarazaba, no podía continuar en el negocio. Las niñas que entraban a la organización eran captadas, algunas de ellas con la falsa promesa de empleo como modelos. Luego les hablaban de ser damas de compañía, sin tener relaciones sexuales, pero la realidad era otra.

A cada niña que entraba al negocio, su jefe le pedía que convocara a más menores de su edad y, a cambio de eso, le daba comisión extra. La mayoría de las menores tenían perfil de niñas vulnerables, que de una u otra manera habían recibido atención por parte del Instituto Nacional de Bienestar Familiar (ICBF).

Lo anterior tiene una explicación: el jefe de la organización que comercializaba con las menores sexualmente, conocido con el alias de “Tato”, realmente era un contratista del ICBF que alimentaba las bases de datos de las niñas que ingresaban a programas de la entidad para restablecimiento de derechos. Allí contactaba a sus primeras víctimas y luego todo se convertía en una cadena.

Jhonatan Julián Jacanamejoy Juagibioi, alias “Tato”, tenía un café internet en Mocoa y desde allí operaba todo. Creó falsos perfiles para que las menores pensaran que había más integrantes en la organización. Si uno las amenazaba cuando las niñas intentaban salirse del negocio, él, con otro perfil falso, las convencía de que se quedaran, manipulándolas con la situación económica que atravesaban en sus casas.

Entre sus víctimas también se cuentan menores de edad que llegaban de Venezuela. Las menores eran llevadas a fiestas de “manes duros”, dice el expediente, incluso fuera del país, en Ecuador. Pero, si bien es cierto que alias “Tato” era el que comercializaba con las menores, otros formaban parte de la organización como trabajadores de hoteles que facilitaban la prostitución de las niñas indígenas, alterando los libros de registro de ingreso y promocionándolas entre los turistas.
Otros, igual de responsables, eran los clientes, pues muchos de ellos tenían relaciones sexuales con menores de 14 años.

El pasado 24 de noviembre en Mocoa capturaron a alias “Tato”, a algunos de los trabajadores de los hoteles y a dos clientes. Para el próximo 26 de agosto quedó programada la audiencia preparatoria y, según conoció SEMANA Noticias, podrían presentarse nuevas capturas.

Información: Revista Semana

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