“En menos de una semana vendĂ todo lo que habĂa en
miserables 350 mil pesos para ir a llevárselos a un gota, y todavĂa sigo debiendo”,
cuenta la vĂctima.
Margot narrĂł que acudiĂł a este tipo de prĂ©stamo “por la
necesidad de mantener un arriendo al dĂa, para no tener que cerrar (mi
negocio), ese fue el motivo por el cual yo me endeudĂ©”.
Y asĂ de
fácil como fue entregarles el número de su cédula, un recibo del agua y una
foto, también lo fue la forma como crecieron los intereses del gota a gota y
con ellos sus problemas.
“Yo no
podĂa dormir”, confesĂł Margot, pues con su economĂa en contra, llegaron los
atrasos en las cuotas y sujetos en motocicletas rompieron los vidrios de su
local y llenaron de avisos la cuadra acusándola de ladrona.
Además,
soportó escándalos delante de sus clientes. Aunque guardó silencio cuando se
llevaron sus electrodomésticos como parte de pago, nada dolió tanto, dice, como
cuando amenazaron de muerte a su familia.
Recuerda
con rabia a un cobrador con revĂłlver en la cintura, una cortada en la cara y
mirada desafiante que la obligĂł a vender el que fue su patrimonio, su negocio y
su hogar durante 29 años.
La
historia de Margot es solo uno de los casos de un sistema que hoy saliĂł de
Colombia y llegĂł a paĂses como MĂ©xico, Ecuador, PerĂş, Bolivia, Paraguay y
Argentina, aprovechando que en muchos de ellos el tema no es delito.
AllĂ,
dicen las autoridades, se camuflan bajo la fachada de venta de muebles o
alquiler de locales. Incluso buscan a sus vĂctimas puerta a puerta.
Para
rematar, el gota a gota se estarĂa relacionando con otros delitos, segĂşn el
general Jorge Luis Vargas, director de la DijĂn.
“SerĂan
el narcotráfico y estarĂan lavando estos dineros a travĂ©s de este prĂ©stamo y la
compra despuĂ©s de bienes en esas zonas fronterizas entre Argentina y Bolivia”,
indicĂł.
En
Colombia, donde se han detectado 33 organizaciones dedicadas al gota a gota, la
Ăşnica forma de castigar este hecho es si se comprueba el delito de usura, pero
el nuevo componente de lavado de activos, narcotráfico y redes internacionales
genera otras preocupaciones y acciones judiciales, en las que usted, un
familiar o el señor de la tienda podrĂan terminar envueltos
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