La decisión que favoreció al intendente Ernesto Antonio Gallego Restrepo y el patrullero Eriberto Muñoz Ochoa, fue ordenada por el Juez Promiscuo Municipal de Hobo con Funciones de Garantías, al acoger los planteamientos del defensor de los uniformados, el abogado Leonel Quijano. “Son policiales, tienen arraigo y la presunción de inocencia debe respetársele”.
Al tiempo que se adelanta el proceso penal contra los dos uniformados adscritos al CAI Cándido en la capital huilense, la Policía Metropolitana de Neiva les abrió el procedimiento disciplinario.
Gallego Restrepo, de 36 años de edad y Muñoz Ochoa, de 30 años, deberán responder ante la justicia por el delito de concusión que les imputó la Fiscal Tercera Especializada de Neiva.
‘Borrarle los antecedentes’
La supuesta exigencia económica que le habrían hecho Gallego Restrepo y Muñoz Ochoa, a la mujer, habría ocurrido el viernes 22 de febrero pasado hacia las 10:45 de la noche en el sector de la Calle 63 en inmediaciones del centro comercial Único.
Según la denuncia de la víctima, los uniformados interceptaron el automóvil en el que ella se movilizaba con su novia y le solicitaron los documentos de identidad, manifestándole que habían sido comisionados desde la ciudad de Medellín para llevar a cabo la captura que existía en su contra, por unos hechos ocurridos en la capital antioqueña.
Los policiales le habrían mostrado a la joven una imagen de un periódico antioqueño donde sindicaban a la mujer de haber realizado hurtos a unos extranjeros, por lo que le manifestaron tenían que llevarla a la Sijin para identificarla o captúrala. “Ellos se enteraron porque supuestamente un informante los llamó y les dijo que ella se movilizaba en un vehículo, les dio la placa del carro y donde estaba, y por celular la noticia de un periódico de Medellín donde dice que la están buscando por esos hechos”, dijo el abogado Quijano defensor de los uniformados.
Agregó la joven en la denuncia ante el Gaula de la Policía, que el sargento le señaló que podía ayudarla a quitarle el problema, pero tenía que cancelarle cinco millones de pesos “para borrar del sistema las anotaciones judiciales y no realizar la captura”.
Señaló la mujer que el policía le indicó además que “de la ciudad de Medellín habían dado la orden de atentar en contra la integridad de ella, asesinarla, por los mismo hechos que estaba siendo investigada, pero que todo eso se podía evitar, si ella pagaba el dinero”.
En la denuncia la joven manifestó que ante la amenaza del uniformado, llamó al papá, quien llegó al lugar, donde fue abordado por los policías quienes le hicieron la advertencia de poner a disposición si no accedían al pago de dinero exigido.
Ante la supuesta presión de los policías, a través de llamadas telefónicas la joven y su padre acceden a cancelar el dinero, no sin ante denunciar la extorsión ante el Gaula, donde se adelantó el operativo que permitió la captura del mecánico dental Arcesio Reyes Tovar, cuando iba a recibir el dinero en la panadería, lugar acordado, el 26 de febrero.
Voceros del Gaula manifestaron que el día de la entrega del dinero y captura de Reyes Tovar, los investigadores observaron la presencia de una patrulla motorizada de la Policía, que rondaba de manera reiterada el lugar acordado para la entrega del dinero, logrando observar las placas de citada motocicleta.
La denuncia de la víctima, sumada a entrevistas de testigos y reconocimiento fotográfico, fueron las pruebas fundamentales para la captura del intendente Gallego Restrepo y el patrullero Muñoz Ochoa.
No obstante horas antes de las capturas, los uniformados se acercaron al Gaula donde declararon lo que estaba sucediendo. “Los policiales dicen que el papá de ella les ofreció plata, ellos le pusieron cita para capturarlo por cohecho, pero la muchacha ya los había denunciado por extorsión y los capturan”, indicó la defensa de los uniformados.
“Ellos no tenían nada que ver, ellos iban hacer un procedimiento de captura, pero los individualizaron y les montaron el operativo para capturarlos”, precisó el abogado Quijano
Información de La Nación
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