Cuando
era solo una niña, a Wang le regalaron un perrito que bautizó como Renault,
quien fue su compañero de vida durante varios años y estuvo en sus mejores y
peores momentos. Sin embargo, lo inevitable llegó y tras once años junto a ella
lastimosamente falleció.
Poco
después, la mujer quedó embarazada y a los 9 meses llegó su bebé quien le
recordó de nuevo a su cachorrito, pues, misteriosamente, tenía la misma marca
de nacimiento que Renault en la mano izquierda. Esto impresionó a Wang y le
hizo pensar que era una señal de él, con la que le decía que no la había
abandonado del todo y que ahora desde otro cuerpo la iba a acompañar por más
tiempo.
Y aunque
muchos no creen en la reencarnación, para ella es el alma de su perrito ahora
en su hijo y es sin duda lo mejor que le ha pasado.
La
historia fue compartida por medio de redes sociales y a las pocas se volvió
viral. Muchos internautas creen que en verdad se trata de su perro, ya que la
marca es idéntica y consideran que no es una simple coincidencia.
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