Fue así como en la vereda Resinas de Guadalupe, Huila, se logra detener la marcha de un carro y de una motocicleta, esta última al parecer sería la encargada de alertar acerca de la presencia de la Fuerza Pública en la vía.
La inspección minuciosa permitió dejar al descubierto un depósito ilegal debajo de las sillas del vehículo, allí habían sido acondicionadas 20 granadas de 40 milímetros, un cañón para ametralladora, 29 kilos de pólvora negra, 7.666 cartuchos de 5.56 y 7.72 milímetros, mil de estos eslabonados, 32 cargadores para fusil M4, cuatro cargadores para fusil galil, 195 estopines y 11 millones de pesos, aproximadamente, en efectivo.
Durante el procedimiento, los sujetos ofrecieron nueve millones de pesos a las unidades para que se les permitiera seguir su tránsito hacia el departamento del Caquetá, sin embargo, la transparencia y correcto actuar de soldados y policías, se materializó en las capturas y aprehensión en flagrancia de estas cuatro personas, neutralizando así, los planes de fortalecimiento armado y las acciones delictivas en contra de la Fuerza Pública y la población civil.
Los ocupantes del vehículo fueron identificados como Rubén Antonio Alarcón Orozco y Ernesto Ardila Bello de 51 años de edad, este último con una anotación judicial por el delito posesión para el procesamiento de narcóticos, ex integrante de las extintas Farc y actualmente al parecer cumpliría la misión de la consecución y tráfico de material de guerra para los Grupos Armados Organizados residuales: Jorge Briceño Suárez, Franco Benavidez y Carolina Ramírez; presuntamente también coordinaría actividades delictivas con el sujeto Hernán Darío Velásquez Saldarriaga, alias el Paisa u Oscar Montero, uno de los cabecillas principales de la Nueva Marquetalia.
Estos sujetos junto con el menor aprehendido fueron presentados ante las autoridades competentes como presuntos responsables del delito de fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes, municiones y explosivos.
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