A diario, Rafael Gómez recorre cerca de dos kilómetros desde
su casa a su lugar de trabajo en patines.
Debido a la falta de transporte público en el sector de la
mariposa, en el cerro norte de Usaquén, Rafael Gómez se dirige todos los días
hacía la calle séptima en Bogotá en sus patines lineales, adaptados, para andar
dos kilómetros diarios hasta llegar a su trabajo.
Este adulto de 70 años suma dos años patinando por las vías
de la localidad debido a que en la zona en la que vive el servicio de
transporte es escaso. "Acá no tenemos servicio de transporte urbano,
tenemos servicio periférico. Para salir de allá debemos salir con más de media
hora de anticipación", asegura Gómez.
Con rodilleras, guantes y los demás implementos necesarios
para practicar esta hazaña, Rafael se prepara todos los días a las seis de la
mañana para empezar con su rutina. Este hombre se dedica al trabajo informal,
pues se gana su vida pagando servicios públicos en un sector comercial de la
capital.
El recorrido lo hace aproximadamente en 20 minutos, con
precaución y con sus patines lineales adaptados, puesto que les modificó la
llanta trasera con restos de llantas de carro, para crear un freno en caso de
emergencia.
No tiene nietos, puesto que no tuvo hijos, pero considera a
sus sobrinos como sus consentidos.
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