La
violenta muerte de Esmeralda Marín, aguardaba justicia; durante 21 meses,
incansablemente sus familiares, principalmente su hijo mayor unió esfuerzos
para lograr hacer justicia y que el responsable de lo sucedido, estuviera tras
las rejas y no burlando a las autoridades como lo hizo desde un comienzo.
La
mujer de 38 años de edad, madre de dos hijos, fue hallada muerta en extrañas
circunstancias, suspendida de una soga, de rodillas en una cama, de frente a
una ventana de un tercer piso del apartamento donde residía con su compañero
sentimental, además de estar esposada y con múltiples golpes en el rostro y
cuerpo.
Después
de la extraña muerte de su pareja, Urbano Perdomo fue enviado a vacaciones,
luego se reintegró, pero no retomó labores en su lugar inicial que era el CAI
Estadio en Neiva, sino que silenciosamente fue trasladado a la Estación de
Policía de Aipe; pocos meses después, curiosamente abandonó la ciudad de Neiva;
para pertenecer a la Policía en el departamento del Caquetá, pero de ahí y
hasta la fecha, se encontraba prestando sus servicios a la patria en San Juan
de Villalobos, en Putumayo, donde finalmente fue ubicado y quedó en poder de
las autoridades.
El uniformado fue capturado en la estación de San Juan de Villalobos en el departamento de Putumayo.
Urbano fue imputado del delito de feminicidio y enviado a prisión al ser considerado un peligro para la sociedad.
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