El fin de semana las condiciones ambientales fueron inclementes en aquella
montaña: llovió con peligrosa frecuencia y los ventarrones pasaban de un lado
para otro. Sin tregua. El sol también salió en la tarde, sin embargo, su asomo
efímero no detuvo la inclemencia de las ventiscas y la precipitación. Al menos
14 personas murieron y otras tres resultaron heridas por un rayo que cayó sobre
una montaña ubicada en el noroeste de Pakistán.
Ocurrió el pasado domingo.
El incidente ocurrió en el distrito de Torghar, en la provincia
de Jíber Pakhtunkhwa.
Esta zona tiene 'en alerta' a los funcionarios
climatológicos de ese país dado que, desde la semana pasada, se han presentado
lluvias torrenciales monzónicas (producidas por el férreo movimiento del
viento) y los deslizamientos de tierra.
El fatídico hecho estremeció a los pobladores cercanos
cuando se supo el verdadero alcance del rayo: alcanzó a atacar dos residencias.
Los dos hogares tenían a todos los habitantes en su
interior.
Ellos se refugiaban de la fiereza del clima. Aguardaban a
que cesara, al menos de forma leve, el gran aguacero.
"Al menos 14 personas de una familia murieron después
de que un rayo cayera sobre dos casas adyacentes", declaró a la AFP Kamran
Bangash, portavoz de la provincia.
Entre los muertos figuran cinco niños y cuatro mujeres. Contactada
por la agencia 'AFP', la oficina del jefe de gobierno de la provincia confirmó
el saldo de fallecidos y sus relaciones familiares.
El monzón, que causa estragos de junio a septiembre, es
esencial para regar los cultivos y llenar las reservas de agua del
subcontinente indio, sin embargo, cada año las precipitaciones causan víctimas
y destrozos.
Es por ello que las advertencias de los organismos locales
son mucho más frecuentes y se dan a conocer por medio de múltiples estrategias.
La misión, durante las fuertes e inminentes épocas
climáticas, es evitar todo tipo de tragedias.
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