Para dar respuesta a esta problemática, CAFELAB divide su propuesta en tres fases:
INMERSIÓN: los estudiantes realizan un diagnóstico en torno a la seguridad alimentaria en su zona. Para ello, se apoyan en la lectura de antecedentes y entrevistas a sus familiares cercanos.
Ver vídeo: https://youtu.be/7ZbjBsR0_VM
TRANSFERENCIA: se lleva a cabo el reto “huertas comunitarias STEM”. En compañía de sus padres, los estudiantes diseñan y construyen una huerta casera, donde se aprovecha las propiedades de la pulpa del café que abunda en el sector para la elaboración de compostaje. Dado que muchas familias de la comunidad no cuentan con acceso a internet, y agregando la carencia de presupuesto para la obtención de semillas, los líderes del proyecto decidieron pedalear largos trayectos por la zona montañosa y acercar las guías de lectura y los productos necesarios para el trabajo en la huerta.
Ver vídeo: https://youtu.be/6NhuTjEqORk
COMUNICACIÓN: se realiza un intercambio de productos y semillas con su comunidad y se elabora una guía didáctica sobre el diseño, construcción y cuidados que se deben tener en una huerta casera. De igual forma, los alimentos obtenidos se venden o intercambian con la comunidad del sector urbano, aprovechando las redes sociales del proyecto para promocionar sus productos.
Es de resaltar que la “huerta comunitaria” es una excusa para desarrollar competencias matemáticas, científicas, comunicativas y blandas en los estudiantes; además, se pretende mostrar que la escuela se debe consolidar como el espacio donde se reconstruyen saberes a partir de la interacción directa con el contexto.
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